ECUADOR FAR WEST
Según la Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo, más
conocida como CDI Gallup, Ecuador ocupa el primer lugar como el país más inseguro de América Latina, esto se
debe al aumento de la delincuencia que
en estos dos primeros meses del año se ha vuelto incontrolable, hasta el punto
de que la ciudadanía ha aprendido a
vivir con la violencia, el asesinato o la extorsión, quedando impávida al
contemplar como menores de edad se desenvuelven en el ámbito del hampa con
completa normalidad y perdida de inocencia.
Pero no solo las bandas de delincuencia organizada y el
narco tráfico tienen subyugada la sociedad ecuatoriana, la delincuencia común
aprovechando este estado de terror, se sube al carro de la extorsión, el asalto
y el robo, que están llevando a la población y al país a una de sus mayores
crisis en seguridad interna.
El Estado y la sociedad en general adolece de una
corrupción enquistada en el inconsciente colectivo, que afecta de manera
directa a las instituciones públicas y por ende también a la Función Judicial, donde algunos operadores
de justicia conceden garantías jurisdiccionales a la carta y determinados
fiscales, no adjuntan o hacen desaparecer pruebas, por no hablar de la
resolución de la Corte Nacional de Justicia, la cual expone que la prisión
preventiva es una medida cautelar excepcional y que debe considerarse como de ultima
ratio, priorizando medidas sustitutivas.
Mientras el riesgo país sube y son cada vez más las
naciones que no quieren invertir en Ecuador por la inestabilidad social y política,
el ciudadano ve como la economía patria se tambalea y muchos de los negocios
locales echan el cierre por miedo a la extorsión y a la perdida de la propia vida,
sumiendo a la sociedad ecuatoriana en un bucle de miedo e incertidumbre que
repercute de forma directa en la calidad de vida.
Es obligación del Estado, velar por la seguridad y la paz
interna, también es obligación del Estado implementar medios para tal fin, pero
la realidad es otra. Cuesta creer que un Estado soberado esté a merced de lo
que disponen los cárteles de la droga y qué estás mismas mafias sean las que
gobiernen desde las cárceles sin que la policía
ni el ejercito puedan restablecer el orden ,está claro que algo se está
haciendo mal...
En la noche de ayer el Ejecutivo hace publicas tres
medidas exprés para frenar el acoso delincuencial que padece el país y, a cada
una de ellas más ineficiente, donde parece subyacer el mensaje de “defiéndase
usted que yo no puedo defenderle”. Preocupa el hecho del acceso a las armas por
parte de la población civil en lo
referente a tenencia y porte de las mismas y, si bien es cierto que se matiza
que este acceso será regulado por la ley de armas, municiones, explosivos y accesorios,
parece mentira que el señor Lasso no conozca a su pueblo y no se dé cuenta ( o
si se da no lo quiera ver) que acaba de abrir la puerta para convertir Ecuador
en una mala copia del Fart West, dentro de poco oiremos en plazas y calles la
voz de los venadores ofreciendo “¡Espumilla, gas pimienta, pistolas y revólveres!.
El mercado negro va a hacer un buen negocio con la venta de armas y sí, algunos
ciudadanos obtendrán su licencia de tenencia y porte por la vía legal, pero
serán los menos y sobre todo de una clase social privilegiada.
No es menos cierto
que incluso en esta situación habría que probar la defensa propia y la
proporcionalidad de la acción ,es decir si la persona es atacada con un palo y
responde disparando un arma de fuego, no hay proporcionalidad en el hecho, con
lo cual no se justifica la defensa propia y se enfrentaría a consecuencias de
tipo penal, pero el miedo es libre y dada la situación que atravesamos es muy
probable que estos parámetros no se observen y en consecuencia esta media produzca el efecto contrario
,aumentando así la violencia y la inseguridad.
Un ejemplo simple, son las diez de la noche, usted va caminando
por la calle en dirección a su casa tras salir del trabajo y, se da cuenta que
un individuo le sigue los pasos y que se le acerca, lo primero que va a pensar
es que le quiere robar y en este punto usted como tiene un arma que ha
conseguido para defenderse la utiliza para disuadir al hombre o directamente le
dispara, porque como digo el miedo es libre y al final resulta que el hombre
solo quería pedirle fuego para encender un cigarrillo o preguntarle una dirección
determinada… ¿Les parece muy irreal? A mí
no, extrapolemos la situación a una riña de tráfico, no quisiéramos imaginarlo.
Lasso llegó a la presidencia después de tres intentos (al
fin consiguió su minuto de gloria) y se perfiló como un páter familis institucional,
no hay más que escuchar sus cadenas nacionales con esa cadencia condescendiente
y paternalista que se asemeja más a un cura dando la homilía en una misa de
doce. Hasta ahora su gestión adolece de todos los males, falta de inversión en
políticas públicas (educación, salud e infraestructuras), nefasto manejo de
riesgos y accidentes naturales etc… Pero lo más sorprendente es que el
mandatario no tiene esta percepción de la realidad, para él, el país ha
mejorado sustancialmente, dice que ha bajado el desempleo, que ha firmado
acuerdos comerciales con distintas naciones y que Ecuador es un país seguro
para las inversiones internacionales… Si él lo dice…
En estos días se fragua su imputación en un juicio
político por el delito de peculado (cuando una persona se queda con el dinero público
que debía administrar) en un periodo de tiempo en el que el señor Lasso no era presidente
de la República, con lo cual no entiendo muy bien cómo se va a sacar a delante
este juicio. No digo que el imputado sea inocente o desconociera el hecho, sino
que en el tiempo del cometimiento del ilícito él no ocupaba cargo político alguno,
así que no sé cómo se va a fundamentar esta situación.
Lo que, si se debiera tener en cuenta, es la facultad que
tiene la Asamblea Nacional de destituir a la Presidenta o Presidente de la
Republica por grave crisis política y conmoción interna, como norma el artículo
130, numeral 2 de la Constitución de la República, además de no estar
cumpliendo con las atribuciones y deberes que expresamente le norma el artículo
147 de la Carta Política, concretamente el numeral 17 del citado artículo que
dicta. “Velar por el mantenimiento de la soberanía, de la independencia el Estado,
del orden interno y de la seguridad pública, y ejercer la dirección política de
la defensa nacional. Recordemos que tanto la Policía Nacional como las Fuerzas
Armadas están bajo el mando del Ejecutivo.
En conclusión ,tras este anuncio de medidas, la que
suscribe este artículo se queda como cuando compra un mueble en IKEA, es decir hágalo
usted mismo, usted verá cómo se defiende que el Estado no tiene recursos ni
plan alguno para garantizar el orden, la seguridad y la convivencia, solo un montón de paños
calientes para acallar a la opinión pública, desgraciadamente ahora mas que
nunca hay que estar alerta pues ya no se sabe si con el que se cruza va con un treinta
y ocho bajo la camisa o simplemente le va a pedir la hora.
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